Posts Tagged ‘Madre naturaleza’
Escuchar el mar, vivirlo, sentirlo a través de sus caracolas y conchas es una sensación que me da felicidad. En esta ocasión he escogido unas ilustraciones de la artista Lisa Audit cuya manera de plasmar estos tesoros de la ciudad de agua salada es una preciosidad.
Un beso marinero.
Montserrat
- Ilustraciones Artísticas: Lisa Audit
Bajo el Mar: Corales y Algas
Posted 02/07/2009
on:Cuando contemplo el mar me quedo fascinada con lo que veo y con lo que no, la riqueza de su mundo interior. Todo un mundo dentro de otro que valoro muchísimo. Hoy se asoman a De Corazón Marinero, desde la mirada del artista Jillian David una pequeña parte de ese mundo interior del océano, unos corales y algas en la manera en como los ve el artista que los ha pintado.
Un beso marinero.
Montserrat
Aigua Gelida n’és molt bonic,
tant si és de dia com si és de nit.
Sempre que hi vagis a barquejar,
jo t’asseguro t’agradara.
Cantando esta habanera íbamos en barca bordeando la costa, a una cala pequeñita de la Costa Brava, muy cerca de Tamariu, que contaba con un encanto extraordinario en aquella época en la que la belleza de su paisaje y la transparencia de sus aguas eran vírgenes.
Esperaba con mucha ilusión el día de las vacaciones en el que el Sr. Joan, pescador y amigo de mi familia, nos avisaba que el tiempo era óptimo para navegar. El entrañable pescador vivía un par de casas más allá de la que alquilaba mi familia cada mes de Septiembre en Tamariu. Cada año íbamos varias veces a visitar la bonita Cala, como mínimo una por mar y dos andando. Tanto de una manera como de otra era un placer para la vista y una riqueza para el corazón.
Por mar la vista era impresionante para una niña pequeña con una imaginación desbordante preparada para vivir aventuras de tesoros y piratas, de sirenas y pescadores, o de cualquier cosa que se me ocurría en aquel momento, me sentía privilegiada. En la caleta pasábamos el día, nos bañábamos en sus cristalinas aguas, comíamos lo que habían preparado mi madre, mi tía y mi abuela y contemplábamos el paisaje. Era un lugar frecuentado por los submarinistas que exploraban su fondo marino y pescaban pulpos que eran la riqueza de la zona.
Cuando la excursión era por la montaña, salíamos desde Tamariu caminando bosque adentro rodeados de un paisaje lleno de árboles que los recuerdo majestuosos. Era el mismo bosque donde íbamos a buscar setas, un lugar de belleza increíble al que las máquinas accedieron cuando entré en la adolescencia y me supo muy amargo el camino que allí empezaron a abrir, el que después daría paso a una urbanización que mutiló el paisaje y lleno la montaña de casas.
Cuando llevábamos sobre media hora andando llegábamos a un lugar, una especie de balcón de la naturaleza, rodeado de pinos y rocas, que se asomaba a la Cala. Entonces el tiempo se paraba al igual que nosotros para contemplar y gozar del sonido del mar, del murmullo de los árboles y del regalo que significaba estar allí. Era el principio de lo que nos esperaba en un día único y especial, en el que toda la familia era feliz. Había una roca en un lado de la caleta que era la nuestra, en donde cada año hacíamos la foto oficial que inmortalizaba nuestra estancia allí, aunque el recuerdo mayor lo llevábamos en nuestro corazón.
Llevo muchos años sin ir a Aigua Gelida, puede que algún día lo haga, de momento me quedo con el bello recuerdo de mis días de infancia cuando visitándola sentía emociones que me han acompañado siempre.
Un beso marinero.
Montserrat
La sabiduría de los pescadores, su conocimiento del mar y de la Madre Naturaleza queda reflejada en sus frases. Hoy nuestro Farero particular nos cita una de ellas.
Cielo rasgado, viento o mar picado.
Un beso marinero.
Montserrat
- Ilustración: David Carter
La sabiduría de los pescadores, su conocimiento del mar y de la Madre Naturaleza queda reflejada en sus frases. Hoy nuestro Farero particular nos cita una de ellas.
A la mar me voy, mis hechos dirán quién soy.
Un beso marinero.
Montserrat
- Ilustración: Tony Fernandes
Los Refranes del Farero (1)
Posted 27/03/2009
on:La sabiduría de los pescadores, su conocimiento del mar y de la Madre Naturaleza queda reflejada en sus frases. Hoy nuestro Farero particular nos cita una de ellas.
Cielo rojo al amanecer, el mar se ha de mover.
Esta sección se la dedico a mi padre, hombre de corazón marinero, conocedor de los refranes populares que me inculcó desde pequeña y de quien tanto he aprendido. Él es nuestro Farero particular.
Un beso marinero.
Montserrat
- Ilustración: Katie Pertiet
Llegan a Puerto